miércoles, 2 de noviembre de 2011

guia de lectura Jorge Manrique

GUÍA DE LECTURA 1º BACHILLERATO
LAS COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE
DE
JORGE MANRIQUE

Están dentro de una caudalosa corriente literaria que refleja la preocupación medieval por el tema de la muerte. Un ARS MORIENDI.
Cuando Jorge Manrique escribe su obra, existe ya todo un complejo cultural sobre el tema, que se ha venido elaborando a través de los tiempos.
1º. La eterna consideración con que comienza el Eclesiastés: “Vanidad de vanidades, dijo el Cohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad.”
2º. El viejo tema, también de origen bíblico, que se resume en la fórmula “Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere?”
3º. Con estos dos temas anteriores se empareja la meditación sobre la fugacidad de las cosas, y la estimación, positiva o negativa, del plazo de la vida. Es sabido cómo, ante este problema, la Edad Media se resuelve en una actitud de contemptu mundi o desprecio del mundo causante de un tétrico memento mori.
4º. El sólido arraigo en la literatura medieval, del planto, o llanto por la desaparición de seres queridos o admirados, así como también el elogio personal al sujeto ilustre arrebatado por la muerte. Aunque con alguna destacada excepción, este plano está motivado por la ruina vital o caída de algún varón excelso, con lo que esta forma queda estrechamente vinculada con el tema De casibus virorum illustrium, de Boccaccio.
5º. La presencia de la muerte misma como personaje, tema que ofrece numerosos aspectos: la igualación de grandes y chicos ante el supremo trance; el terror producido por la igualadora, pintada con rasgos horripilantes; la danza macabra; la podedumbre de los cuerpos muertos; la intervención de la Fortuna, etc.
6º. La Fama o memoria ejemplar que legan los que pasan a los que quedan, tema también de raigambre clásica que adquiere nuevos y trascendentes vuelos en el prerrenacimiento.

Severino Boecio en su De consolatione philosophiae (480?- 524) acuna y transmite la idea bíblica y patrística sobre la vanidad y la labilidad del mundo.
Inocencio III (s. XIII) escribe su tratado De contemptu mundi, que declara al mundo enemigo del alma, y a la muerte como liberadora para el acceso a la verdadera vida.
El menosprecio por el mundo perecedero se encona en asco ante el ruin espectáculo de la materia putrefacta. El mundo es inmundo, y se presentan en absoluto contraste los dos polos opuestos: la podredumbre de la materia y el halo luminoso de la vita beata.

La aparición de la burguesía promoverá en el s.XIV la protesta contra la muerte que se convertirá en un personaje funesto y truculento, tanto más por ser ineludible. La que antes era salvadora, será ahora verduga y los poetas se cebarán en la pintura de su retrato y la llenarán de escarnio y de odio:

Lo dulce haces hiel con tu mucha amargura

Exclama el Arcipreste de Hita.

ORIGINALIDAD

Manrique nos dirá que lo que siempre pasó y pasará está pasando ahora, en este momento, y lo siente como un incesante ir dejando. El frecuente uso del presente de indicativo lo objetiva y lo sitúa en la fugitiva hora vivida.
El individuo muerto que ahora se entrega,

con voluntad placentera
clara y pura

sabedor de que en sus obras ha labrado un monumento indeleble en la memoria de los que quedan. No es sólo la conquista de la vida del cielo, es la seguridad de “la fama gloriosa”, de otro modo de “muerte que da vida”.
En la tercera parte del poema, a partir de la copla XXV, proclama un triunfante y afirmativo hic sunt o hic est. La fama salva incluso de la muerte y el que “la vida perdió” permanece en sus obras. Mientras que hasta la XXIV Manrique se duele ante la fungibilidad de lo terreno y da función poética a la inútil pregunta sin respuesta: ubi sunt?
. Don Jorge asienta a don Rodrigo en un pedestal y lo exalta como prototipo del héroe digno de la fama. Con ello reafirma la prioridad de una clase social, mitifica la grandeza de su clan familiar y sirve a su política banderiza con su “rey natural”, “su rey verdadero”, frente a su partido contrario, “el de Portugal” y sus seguidores.

CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LA OBRA

Desde el hecho concreto de la desaparición del padre, Jorge Manrique despliega una “constelación de temas” coherentes entre sí. Unidad orgánica articulada en tres partes:
1ª. De carácter filosófico y universal.
2ª. Ejemplificadota con hechos concretos como datos probatorios de las afirmaciones generales.
3ª. Individualizada con el caso de don Rodrigo.
A) Proceso que va de lo general a lo particular. Cumple la misión en el poema colocando en la cima la figura de su padre como erigida sobre una firme base; en lugar de desvanecerse en consideraciones dogmáticas de tipo general.
B) La triparción de las Coplas se ajusta a la teoría clásica de la composición numérica expuesta por Servio: “propununt, invocant, narrant”. La ordenación de estos grados de la retórica no se corresponde enteramente con la gradatio manriqueña, pero ésta entra en los cánones tradicionales y, desde luego, se acomoda a la conocida función mágica del número tres.
. El primer tercio, coplas I-XIII: tres estrofas iniciales que proponen el tema; la IV, de invocación, y nueve más de exposición. A su vez, entre la 5ª, 6ª y 7ª hay coherencia y forman unidad. Lo mismo entre las restantes.
Los ciento cincuenta y seis versos primeros tienen un carácter de meditación general sobre la fugacidad de la vida y la inestabilidad de las cosas del mundo. Si una vez se alude a los “casos desastrados”, la palabra casos es un cultismo semántico que comporta un significado de “caída”, “desgracia”, y no de acontecimiento particular.
La introducción con la palabra recuerde es ya el primer detalle poético. Recordar es aquí “volver en sí”; “despertar de un letargo”; no “traer a la memoria” que, por otra parte, sería una restricción del significado auténtico. Teniendo en cuenta que “el alma dormida” ha de despertar, no cabe duda sobre la significación de ese “recuerde”.
Es, por tanto, una exhortación al alma mundanizada para que se eleve y recupere la conciencia de su verdadera naturaleza, que le permitirá contemplar, en el doble sentido de “ver” y de “meditar”, el fugaz paso de la vida (¿himno litúrgico, ambrosiano, que se canta con el primer domingo de Adviento?, fecha muy próxima al 11 de noviembre en que murió el Maestre.)
. “Cualquier tiempo pasado / fue mejor”; esto es, es mejor ver las cosas como ya pasadas, puesto que tienen tal inestabilidad en el presente.
. El subtema de los ríos, estrofa perfecta. El ensamblaje de sus dos mitades; una de carácter simbólico, y otra en la que creemos ver concretados esos ríos caudales, medianos y más chicos con el recuerdo de los ríos de la tierra madre.
. En la invocación quiere dar a su poema una intención y un carácter cristianos acusando la falsedad ponzoñosa de los mitos e invocando “de verdad” a Cristo (= Santillana y don Gómez.)
. Las coplas V, VI y VII parten del viejo y acreditado símbolo mundo = camino, e insinúan la contraposición vida terrena-vida eterna, buena la primera si su fin fuera alcanzar la verdad de la segunda.
. Con el tópico moral del erróneo interés por los señuelos del camino, se establece en la copla VII (XIII en otros textos) la contraposición cara corporal cativa – alma angelical señora acomodando un concepto que a través de los Padres de la Iglesia toma carta de naturaleza en la cultura medieval.
. Las coplas VIII-XIII, demuestran, como ejemplos la pérdida de la belleza juvenil, la decadencia de la rancia nobleza de los godos y las riquezas que nos abandonan a la hora de la muerte. Se vuelve a tomar el tema de la cara corporal, plena de halagadores encantos:
la hermosura
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color e la blancura.

en los que se saborea momentáneamente el deleite ante el ideal de belleza femenina; se retrata de igual modo en mañas, ligereza y fuerza la prestancia del varón; pero todo acaba en esa acogedora metáfora del arrabal de senectud. Tan próximas están la vejez y la muerte, que no son más que un arrabal inmediato.
Y lo mismo con la sangre de los godos, nobleza decaída en unos que nada valen, en otros que nada tienen. Y con los estados o lugares que se ocupan en los distintos estamentos o niveles de la sociedad, que vendrá a destruir la fortuna o el azar, esa voltaria señora que se muda.
. No le basta todo esto e insiste en una nueva copla para dejar cerrado el ciclo. Como antes los encuentros físicos, se nos presentan ahora los goces sensuales, los placeres e dulçores con su engañoso halago.
. Las coplas XIV y XV son enlace e introducción a la segunda parte. Comienza, aunque in genere (= en general), la particularización casuística con esos reyes poderosos –esos, esos de ahí- y con papas y emperadores / e perlados (la polisíndeton de la serie enumerativa tiene su función poética), y los contrapone con los pobres pastores / de ganados. La Muerte los tratará a todos igual aunque parezca fuerte al orgullo de los señores. El tema horaciano (aequo pede pulsat = del mismo modo al de a pie, plebeyo / caballero atormenta) ya está en las Danzas de la Muerte.
. Nueve coplas, XVI-XXIV, solemne desfile procesional de muertos de ayer; ordenada marcha militar de difuntos ilustres que testimonian personalmente lo que se ha dicho en versos anteriores. Unidos amigos y enemigos. El contacto con la trágica realidad se mantiene a través de las repetidas interrogaciones en que se desdobla el Ubi sunt?

claridad
que cuanto más encendida
fue amatada

Fuego y agua, resplandor y oscuridad, juego de contrarios que pone en evidencia la rápida transición del sí al no.

. En el pasaje al joven Alfonso izado rey en una rebelión de nobles disconformes, no desaprovecha la ocasión de hacer su política y de exaltar a los suyos que estaban entre los grandes señores que le siguieron.
. Las coplas XXIII y XXIV establecen la doble conclusión de que, 1º, de nada sirve la grandeza del mundo que la muerte deshace; y 2º, tampoco sirve de nada ofrecer resistencia aunque sea con ejércitos numerosos portadores de enseñas nobles; o con trincheras y casamatas guarnecidas –esa cava honda, chapada-, o con cualquier otro medio defensivo puesto que hay una flecha que lo passa todo de claro.

. También en esta tercera parte del ciclo aparecen equilibrados sus dos temas fundamentales distribuidos en ocho coplas cada uno. El primero que se refiere al elogio de don Rodrigo; el otro, dedicado a su contacto con la muerte. Los dos ofrecen a su vez una multiplicación de motivos personales engranados entre sí.
Los méritos del maestre están ordenados en dos categorías de distinta índole: una, la primera, expone las virtudes naturales del héroe; en la otra se relacionan sus hazañas. Así, vienen a ser, respectivamente, el retrato moral de don Rodrigo y el compendio de su conducta.
En la segunda mitad aparece la Muerte que va a hablar. Su voz se desliza suave y persuasivamente y aparece como una reflexión del propio agonizante que ve ahora lo que es el momento supremo. Ante él aparecen entonces las tres dimensiones de la vida: la de los “estados mundanales”, que se quedan aquí; la de “la fama gloriosa”, que permanece en el recuerdo de los que nos sobreviven, y “el vivir perdurable” ganado “con trabajos e aflicciones contra moros”.
Y con el consuelo y hasta la satisfacción de haber conseguido una vida perfecta, casi una obra de arte, viene la aceptación “placentera, clara e pura”, la oración final y el paso definitivo.

LA FORMA DE LAS “COPLAS”

Perfecta adecuación entre su contenido y su forma. Entre el qué y el cómo. Intención del autor con el uso del octosílabo: un ritmo más ágil; prefiere dar una sensación de intimidad y dignificar las formas menores acordándolas con la raíz entrañable de las Coplas.
Jorge Manrique va a conseguir ese acoplamiento entre la trascendencia del tema y la levedad de la forma, impidiendo así que el brillo falso de la retórica pudiese taponar la hondura de la intención, y acentuando su actitud de melancólica serenidad no estorbada con el lastre de la afectación.
La métrica, en sextillas dobles en las que se suceden dos octosílabos, con predominio del ritmo trocaico, y un tetrasílabo, o pie quebrado, que a veces es un pentasílabo.
Los doce versos de las dos sextillas constituyen una unidad indisoluble que coincide, salvo muy pocos casos, con una unidad sintáctica completa. Los versos tienen también, por lo general, una perfecta adecuación entre la unidad rítmica y la unidad sintáctica; apenas si hay encabalgamiento, sin que eso dañe para nada a la fluida continuidad de la frase.
Con frecuencia, dentro de un mismo verso, la palabra más cargada de significado está colocada en el lugar crítico donde el ritmo exige la fuerza del acento intensivo.


FIGURAS RETÓRICAS

Descriptivas

PROSOPOGRAFÍA: descripción exterior de una persona o de un animal.
ETOPEYA: descripción de las cualidades espirituales, carácter, valores morales, de una persona.
RETRATO: prosopografía más etopeya.
HIPOTIPOSIS: descripción viva y gráfica de personajes o hechos. Mediante datos sensoriales pueden expresarse valores abstractos.
TOPOGRAFÍA: consiste en describir un paisaje.
EVIDENCIA: descripción minuciosa de un objeto por la enumeración de sus características sensibles.
ENUMERACIÓN: descripción ágil mediante sustantivos, adjetivos que produce una visión disgregada y analítica de la realidad, cuya síntesis ha de efectuar el lector en su mente. Puede darse el caso de la enumeración caótica, de gran expresividad y en la que los términos no tienen relación. Puede producirse acumulación: amontonamiento de palabras semánticamente complementarias.
EXPOLITIO: «presentar un mismo pensamiento en diversos aspectos para darle más fuerza».

Patéticas

EXCLAMACIÓN: manifestación emotiva y sentimental de alegría, miedo, dolor, tristeza... etc. Va entre signos de exclamación y dota de expresividad al texto.
INTERROGACIÓN RETÓRICA: pregunta que no exige respuesta, figura enfática que puede estar dotada de gran tensión emotiva.
COMUNICACIÓN: simular que se pregunta al lector su opinión sobre el asunto de que se esta tratando.
SUJECIÓN (O HIPOPHORA): el autor se hace preguntas a sí mismo y que el mismo se responde.
LICENCIA: reproche enérgico dirigido al público, para incitar su amor propio.
ENFASIS: «expresar mediante un contenido significativo inexacto un contenido
designativo más exacto. Es la expresión indirecta de un contenido conceptual más exacto, mediante la comunicación de un pensamiento inexacto».
APÓSTROFE: «exclamación o pregunta dirigida, con vehemencia, a un ser animado o inanimado, real o imaginario, presente o ausente».
OPTACIÓN: Expresión de un deseo vehemente. Súplica. Imprecación (desear un mal al prójimo). Execración (desearnos un mal a nosotros mismos). Amenaza. Cuando la suplica se hace «en nombre de ... » recibe el nombre de obsecratio.
OBSTENTACION: afirmar o negar enérgicamente algo, poniendo como testigo a los hombres, cosas o Dios.
HIPÉRBOLE: exagerar los términos; aumentar o disminuir desproporcionadamente acciones, cualidades... etc.
PROSOPOPEYA: otorgar cualidades de seres animados a seres inanimados,
o cualidades humanas a seres animados o inanimados.
ANTICIPACION (O PROLEPSIS U OCUPACION): adelantarse a las objeciones
que puedan hacerse a un pensamiento para rebatirlas.
DIALOGISMO: «reproducir textualmente, para dar más fuerza y verismo a un relato, discursos de personas reales o fingidas».

Lógicas

SENTENCIA: «expresa en pocas palabras un pensamiento profundo»,
un pensamiento de tipo moral, filosófico... etc. Hay varias clases: máxima (sentencia culta y hasta con autor conocido); refrán, adagio, proverbio (popular y sin autor conocido); epifonema (moraleja final); chria (“dicho -también hecho- de un personaje histórico que contiene una sabiduría sentenciosa”). Cierta relación guarda con esto la figura llamada idolopeya que consiste en atribuir un dicho -también un discurso- a una persona fallecida.
SÍMIL: a diferencia de la metáfora no funde el objeto "ideal y el real ni establece
una identificación, sino que se mantiene expresa la comparación entre los dos términos. “Compara un hecho real con otro imaginario que posee (cualidades análogas”. Su expresividad depende de la originalidad del término con el que se compara.
ANTÍTESIS: es la oposición de dos ideas, pensamientos, expresiones o palabras contrarias. Formas de la realización de la antítesis son: regressio y comparatio (desarrollo y explicitación de la antítesis), conmutatio (cambio entre el radical de la palabra y su significado)... etc.
OXÍMORON: «unión sintáctica íntima de conceptos contradictorios en una unidad» la cual queda con ello cargada de fuerte tensión contradictoria.
PARADIÁSTOLE: se agrupan palabras de significado parecido pero oponiendo su significado.
PARADOJA: se unen ideas opuestas en un solo juicio, es decir «unión de dos ideas en apariencia irreconciliables. Opinión, verdadera o no contraria a la opinión general».
METALEPSIS: «en lugar de una palabra se emplea otra que es sinónima de su homónimo».
CONCESION: reconocimiento no completo de que alguno de los argumentos opuestos es verdadero.
CORRECCION: desechar una expresión que se acaba de emplear y suplirla por otra expresión más útil.
DUBITACIÓN: «fingir duda y asombro sobre como comenzar [...] o proseguir”.
SUSTENTACIÓN: “cerrar de modo inesperado un párrafo o una composición,
después de haber absorbido la atención del lector o del oyente”.
LÍTOTE: consiste en negar lo contrario de lo que se desea afirmar.
GRADACION (o climax): cuando varios conceptos o palabras aparecen en
escala ascendente o descendente. «Cuando una palabra de un miembro se repite
en el siguiente se produce la concatenación».

Oblicuas

PERÍFRASIS: se expresa con varias palabras lo que podría expresarse con unas pocas o con una.
Es recurso fundamental de la amplificatio y puede resultar muy bella.
ALUSIÓN: referencias a ideas, situaciones, personas... etc., no mencionadas
explícitamente sino sugeridas o evocadas.
EUFEMISMO: rodeo para no emplear una palabra malsonante, grosera, tabú o que no se quiere mencionar.
PRETERICIÓN: afirmar que no se va a hablar, de determinadas cosas, para lo cual se mencionan.
RETICENCIA (o aposiopesis): “se deja una frase sin acabar porque se sobreentiende la idea” o para darle mayor énfasis.
CATACRESIS (o abusión): empleo translaticio de una palabra o de un grupo de palabras de manera impropia.
IRONÍA: «se da a entender lo contrario de lo que se dice» o se admite como veraz una proposición falsa con fines de burla; cuando se hace mordaz, cruel e hiriente recibe el nombre de sarcasmo.
Cuando algo es nombrado con un término que indica cualidades
contrarias a las que tiene, recibe el nombre de antífrasis.
HYSTEROLOGÍA: consiste en combinar dos contenidos de manera inversa a su
discurrir normal.
CONCILIATIO: «aprovechamiento de un argumento adverso en favor de la propia causa”.