jueves, 27 de octubre de 2011

Perífrasis verbales

LAS PERÍFRASIS VERBALES

Se denomina con el nombre de perífrasis verbal la unión de dos o más verbos que se constituyen en unidad y funcionan, como tal unidad, como núcleo del SV. El primer verbo, al que se denomina auxiliar, comporta, igual que ocurre en las formas compuestas compuestas, los morfemas flexivos: tiempo, modo, número y persona. El segundo verbo, denominado auxiliado, es una forma no personal: infinitivo, gerundio o participio:

(86) a. Mañana tendré que ir a la Facultad.
b. Cuando vengas, estaré preparando la comida.

Para discernir si nos encontramos ante una perífrasis verbal, esto es, ante una unidad que funciona como núcleo del SV, se aducen diversas pruebas sintácticas, que se pueden describir como manifestaciones de dos hechos complementarios: por un lado la renuncia del auxiliar a las exigencias combinatorias que lo caracterizan como verbo pleno, y por otro, la pérdida por parte del auxiliado de la capacidad de desempeñar una función oracional independiente, es decir, la ausencia de autonomía sintagmática tanto en el primero como en el segundo.
En virtud del primero de estos criterios se argumenta que un verbo como ir no selecciona nunca sujetos marcados semánticamente como [ -animado] y que no se construye nunca, por su carácter intransitivo, con complementos directos. Estas circunstancias, como se aprecia en (87), se difuminan cuando dicho verbo interviene en la constitución de una perífrasis verbal:

(87) a. Esta casa va a provocar multitud de percances.
b. Lo voy a encontrar en su casa.

La pérdida de la capacidad de funcionar autónomamente nos permite aceptar como perífrasis las construcciones contenidas en (86), como se prueba en (88), y desestimar las construcciones de (89) como tales perífrasis, como unidades funcionales, pues dichas secuencias son integrables por un pronombre átono (90), lo que demuestra que ocupan un hueco funcional:
(88) a. *Mañana lo tendré a la Facultad.
b. *Cuando vengas, lo estaré la comida.
(89) a. Esperaba que fuéramos.
b. Está sudando.
(90) a. Lo esperaba.
Lo está.

Como procedimientos para discernir si nos encontramos ante una perífrasis verbal compuesta por un infinitivo se puede recurrir a otros mecanismos además del mencionado más arriba. El más provechoso consiste en la transformación en interrogativa de la forma no personal por què. Como se puede observar en (91b), las construcciones perifrásticas de (91a) sólo admite la sustitución por el interrogativo si se añade al primer verbo hacer (91 c ). Dicha sustitución sí es operable en las secuencias de (91d), como se prueba en (91e):
(91) a. Los niños tienen que /deben (de) / pueden / suelen ir a la escuela.
b. * ¿Qué tienen / deben / pueden / suelen los niños?
c. ¿Qué tienen que / deben / pueden / suelen hacer los niños?
d. Los niños desean / temen / quieren ir a la escuela.
e. ¿Qué desean / temen / quieren los niños?

1. Las perífrasis verbales de infinitivo

Las perífrasis de infinitivo pueden clasificarse en inmediatas o directas y mediatas o indirectas en atención a si el segundo componente se adosa directamente al verbo auxiliar o mediante alguna unidad relacionante: una preposición o el elemento que. Entre las primeras, tenemos en español actual deber + Inf., poder + Inf., soler+ Inf., aunque la primera de ellas puede combinarse con la preposición de: deber de + Inf. Entre las segundas, podemos citar acabar / terminar de, acertar a, acostumbrar a, alcanzar a, dejar de, echar(se) a, empezar / comenzar a, estar a punto de, haber de, haber que, ir a, llegar a, no haber por qué, no tener por qué, ponerse a, romper a, tener que, venir a, volver a + Inf.
No hay, entre los estudiosos, grado de unanimidad sobre el número de perífrasis del español, así mientras que algunos autores aceptan dejar, dignarse a, estar al, hacer, hartarse de/a, hincharse de/a, inflarse de/a, liarse a, osar, parecer, pensar, saber+ Inf., otros, en cambio, rechazan que semejantes formas constituyan perífrasis verbales.
Teniendo en cuenta rasgos formales, las perífrasis de infinitivo pueden ser clasificadas en modales y aspectuales. Las primeras de ellas rechazan la modalidad imperativa. * Debe (tú) trabajar. Las aspectuales, en cambio, la aceptan: Deja/d (tú /vosotros) de trabajar. El segundo rasgo que permite diferenciar a unas de otras es que en las modales el infinitivo puede, en la mayor parte de los casos, construirse en forma compuesta: Tú deberías de haber trabajado, no así las aspectuales: * Solía haber venido. Una excepción la constituye haber de + Inf., que, aunque de valor modal, acepta el infinitivo compuesto. Constituyen también casos excepcionales los verbos soler y acabar, pues con valor puntal pueden ser construidos con imperativo.
Tomando en consideración esta perspectiva, las perífrasis verbales apuntadas más arriba pueden clasificarse como sigue:
1. Modales. Las perífrasis modales se caracterizan por expresar, valga la redundancia, un valor de modalidad, esto es, son construcciones que manifiestan la actitud con la que el hablante encara la acción verbal, que puede ser, así, expresada como obligatoria, necesaria, deseada, querida, posible, probable, etc. Las siguientes secuencias pueden ser tenidas por perífrasis verbales modales:
1.1. Deber + Inf. ('obligación': Debes venir).
1.2. Deber de + Inf. ('probabilidad': Los niños deben estar en clase).
1.3. Tener que + Inf. ('obligación', 'necesidad', este último más frecuente en las construcciones pasivas: Tengo que publicar esos datos / Los datos tienen que ser publicados mañana;
'probabilidad': Tiene que haber pasado algo muy importante para que haya tanta gente en su casa).
1.4. Haber de + Inf. ('obligación': Has de venir. En castellano antiguo el valor temporal primaba sobre el de obligación, aunque en la actualidad coexisten, domina el segundo: En un futuro ha de saberse lo que pasó: 'se sabrá' / 'tendrá que saberse').
1.5. Haber que + Inf. Algunos autores no consideran que se trate propiamente de una perífrasis. Gómez Torrego sí considera que tenga uso perifrástico en tanto que el segmento encabezado por que no funciona como una oración subordinada ('obligación': Hay que vender esa casa).
1.6. Poder + Inf.: Algunos autores han considerado que es necesario distinguir dos verbos distintos poder.
'epistémico o de probabilidad (Puede llover), y poder, radical o de capacitación o permiso (¿Podemos comer ya?).
A estas pueden sumarse las construcciones con infinitivo que siguen que no son perifrásticas cuando llevan sujeto de persona, sin embargo poseen rasgos perifrásticos cuando el sujeto está elíptico o cuando el sujeto es de cosa:
1. 7. Lograr / conseguir + Inf. ('logro': Sólo lograron salvarse los cacharros viejos).
1. 8. Intentar / tratar de + Inf. (Hay cosas que intentan / tratan de ocultarse).
1.9. Querer + Inf. ('estar a punto de': Dos lágrimas querían asomarse a sus ojos; 'significar'
sólo con el verbo decir: Eso quiere decir ...).

2. Aspectuales. Este grupo de perífrasis indican el inicio, el punto inmediatamente anterior o posterior, el punto final, el transcurso o repetición de la acción verbal. Entre ellas se encuentran:
2.1. Ir a + Inf. añade a su valor de futuro (Mañana me voy a comprar una camisa) el de inmediatez (Van a ser las tres), el de intención (Si tus padres se van a molestar, nos vamos) y el de probabilidad (Va a haberla matado el jardinero).
2.2. Empezar a / comenzar a + Inf. (valor incoativo, indica el comienzo de una acción: Empezó / comenzó a estudiar todos los días).
2.3. Ponerse a + Inf. (comienzo repentino de una acción en un punto o momento: A las tres se puso a llover; Juan se puso a leer).
2.4. Echar a + Inf. Gómez Torrego señala que esta perífrasis se construye únicamente con los verbos intransitivos andar, correr y volar, su valor es semejante al de ponerse a).
2.5. Echarse a + Inf. (se construye, como en el caso anterior, con un número muy limitado de verbos, generalmente llorar, reír, temblar, el valor que aporta dicha construcción es el mismo que en el caso de echar a y de ponerse a: Se ha echado a llorar con fuerza ).
2.6. Romper a + Inf. (su valor es idéntico al de las perífrasis citadas ponerse a y echar (se) a + Inf.: Rompió a llover / llorar).
2.7. Estar a punto de + Inf. (con el auxiliar en presente o futuro de indicativo su valor es el de 'inminencia' : Está a punto de ocurrir una catástrofe. Con el auxiliar en pasado se indica una acción que no tuvo lugar pero que estuvo a punto de realizarse: Estuvo a punto de estrellarse 'no se estrelló ').
2.8. Volver a + Inf. ('iteración', 'repetición': Volverá a cantar aquella vieja canción).
2.9. Soler / acostumbrar+ Inf. ('hábito' o 'frecuencia': Los estudiantes suelen manifestarse por la calle San Fernando).
2.10. Acabar / Terminar de + Inf. (al valor de 'anterioridad reciente': Ahora mismo he acabado de
comer; se une un contenido aspectual de carácter puntual, este último generalmente con el auxiliar en presente y copretérito de indicativo y siempre en forma afirmativa: Te acababan de llamar cuando llegaste. Puede presentar un valor aspectual perfectivo, de acción acabada, que presupone un desarrollo anterior de la acción, en este caso acabar y terminar + Inf. son construcciones sinónimas: Ya he acabado / terminado de comerme la sopa).
2.11. Dejar de + Inf. (indica la 'interrupción' de una acción que venía desarrollándose y que no llega a su fin: Dejó de arreglar el traje porque llamaron a la puerta).
2.12. Parar / cesar de + Inf. (su valor es el mismo que el de dejar de + Inf.: No paró / cesó de hablar).
3. En un último conjunto pueden agruparse una serie de perífrasis con valores diversos:
3.1. Venir a + Inf. ('aproximación': Esta casa viene a costar cuarenta millones).
3.2. Llegar a + Inf. ('logro': Nunca he llegado a comprender tus problemas).
3.3. Acertar a + Inf. ('algo ocurre causalmente': Un policía acertó a pasar por allí).
3.4. Alcanzar a + Inf. ('logro': No alcanzo a comprender este galimatías).
3.5. No tener por qué + Inf. ('no hay razones por las que algo suceda o por las que hacer algo':
No tienes por qué molestarte).
3.6. No haber por qué + Inf. ('no existen motivos para...': No hay por qué molestarse).
Las perífrasis verbales de gerundio
Las perífrasis de gerundio, como rasgo general, indican la acción vista en su desarrollo, en su transcurso, por eso algunos autores han propuesto denominarlas cursivas.
El orden general que presentan estas perífrasis es el de auxiliar + auxiliado, aunque en algunos casos puedan presentar el orden inverso por énfasis (Lo estoy haciendo / Haciéndolo estoy). Entre los miembros constitutivos de la perífrasis, por lo demás, pueden interponerse algunos otros elementos (La niña lleva todo el día llorando).
Según un criterio funcional, Fernández de Castro indica que pueden funcionar como perífrasis en español actual andar, estar, ir, llevar, seguir, venir, continuar + Ger., a las que pueden añadirse acabar, terminar, empezar y comenzar + Ger.
1. Andar + Ger.: Presenta una acción vista en su transcurso, prescindiendo de su término. Señala Yllera que puede expresar una acción en desarrollo que coincide con el momento de la enunciación (¡Ahora andas jugando en vez de estudiar!), una sucesión de acciones reiteradas (Andan preguntando a todo el mundo), una iteración hiperbólicamente continua (¡ Siempre andas criticando a los demás !) e incluso una acción progresiva (Anda aficionándose a la bebida). Se caracteriza además, como señala esta misma autora, por presentar la acción envuelta en una serie de connotaciones subjetivas de índole diversa: énfasis (¡Siempre andas quejándote!), solicitud, ansiedad (iAndo buscando un título para mi novela!), desprecio (iAndará emborrachándose con sus amigos!), ironía, visión humorística (Andan predicando como si fuesen curas ), etc.
2. Estar + Ger.: Tenida por la perífrasis de gerundio más empleada, estar + Ger. presenta una visión de la acción en su desarrollo. El desarrollo de la acción coincide con un espacio de tiempo, breve o extenso, situado en relación al presente, el pasado o el futuro dependiendo del tiempo en el que se exprese el auxiliar estar (Te estoy / estaba / estaré esperando).
3. Ir + Ger.: Como señala Yllera, a la consideración de la acción en su desarrollo – el aspecto cursivo indicado más arriba- ir + gerundio destaca las fases de un suceder que se prolonga prospectivamente, de ahí que se acompañe frecuentemente de locuciones o adverbios del tipo poco a poco, paulatinamente, cada vez más (Poco a poco se le iba pasando el mal humor). Con el adverbio ya puede destacarse el inicio de una acción que se prolonga, iterativamente o no (aspecto 'incoativo-progresivo') (Ya se va convenciendo).
4. Llevar + Ger.: Expresa una acción iniciada con anterioridad y prolongada en su desarrollo durante cierto tiempo, con esta perífrasis se expresa cuánto dura una acción (Lleva lloviendo toda la tarde).
5. Venir + Ger.: Como ir + Ger., esta perífrasis expresa una acción prospectiva, pero con venir la visión parte de un tiempo anterior al expresado por el auxiliar, mientras que con ir la visión se dirige hacia un momento posterior (Ya se van acercando las fiestas / Ya se vienen acercando las fiestas). La perífrasis suele acompañarse de construcciones temporales que destacan el inicio de la acción o su persistencia hasta un momento determinado: desde hace mucho tiempo, hace dos años, en los últimos días, etc. (Desde hace años se viene hablando de aquel suceso ).
6. Seguir y continuar + Ger. expresan una visión continuada de la acción en curso, la acción arranca de un momento anterior y se prolongará hasta el tiempo designado por el auxiliar aunque sin precisar su movimiento desde el pasado ni hacia el futuro (Seguiré / Continuaré siendo estudiante toda la vida).
7. Acabar y terminar + Ger.: Expresan una acción cursiva vista como culminación final de un proceso o serie de procesos anteriores, nombrados explícitamente o no (Acabó vendiendo coches de segunda mano ).
8. Empezar y comenzar + Ger.: Se expresa con estas perífrasis el inicio de un proceso visto en su desarrollo. Dicho proceso se relaciona con otro/s proceso/s posterior/es, explícito/s o implícito/s (Empezó siendo un simple conductor de coches de alquiler y ahora es corredor de Fórmula 1).

Las perífrasis verbales de participio
Entre los autores hay una notable discrepancia en lo que se refiere a los verbos que pueden intervenir como auxiliares en la constitución de una perífrasis de participio. Así, como indica Yllera, mientras que Alarcos e Iglesias Rango señalan que sólo forman una unidad perifrástica los tiempos compuestos, otros autores han considerado que pueden funcionar como auxiliares tanto verbos intransitivos como transitivos: andar, dar por, dejar, estar, hacer, haber, hallarse, ir, llevar, mantenerse, mostrarse, permanecer, quedar, seguir, sentirse, ser, ser para, tener, traer, verse, volver. Entre estas posturas extremas se encuentra la de Femández de Castro, que sólo considera como tales perífrasis a las conformadas por ciertas secuencias de los verbos tener y llevar.
Las perífrasis en las que intervienen verbos intransitivos expresan un estado resultante de una acción. Las perífrasis con verbos transitivos expresan, en palabras de Yllera, “el resultado de un proceso que recae sobre un objeto, persona, etc., diferente del sujeto gramatical de la perífrasis, por lo que sólo aceptan, en español estándar, participios pasados de verbos transitivos con objeto directo” .Puede hablarse de perífrasis, según la citada autora, cuando se expresa una acción (reiterado o no) vista en su resultado. Si el núcleo del complemento directo es un sustantivo, el participio concuerda con él en género y número, salvo en el español hablado en Galicia y Asturias:
(92) a. Tiene construidas diez casas.
b. Lleva escritos más de mil libros.
Tener añade a la expresión del resultado un valor intensivo, mientras que el rasgo peculiar de llevar es su carácter acumulativo.
El empleo perifrástico de dejar + participio, de valor ´terminativo-ingresivo` , se limita, según Yllera, a ejemplos en los que el complemento directo de la perífrasis es una oración, pues en los restantes casos el participio puede interpretarse como un predicativo ( Os dejo preparada la comida):
(93) a. Les dejó dicho que volvieran pronto.
b. Me ha dejado encargado que preparara el almuerzo.







LAS FORMAS NO PERSONALES
El verbo español presenta, además de las formas finitas de las que hemos venido tratando hasta ahora, otras formas no finitas: infinitivo, gerundio y participio, que han recibido diversas denominaciones en los estudios gramaticales. Junto a la "etiqueta aquí adoptada formas no personales, empleada por Alarcos, otros autores han preferido referirse a las mismas con la denominación de derivados verbales, (Bello), verboides (Lenz), formas nominales (RAE), formas verbales auxiliares, (R. Seco) , formas impersonales (RAE 1973 ) o formas no flexivas, (Hernández Alonso).
La primera característica que opone las formas no personales del verbo a las formas personales es, según Alarcos, el carácter no marcado de las primeras, pues no indican modo, tiempo ni persona. Si este rasgo permite enfrentar el infinitivo, el gerundio y el participio a las formas personales, una segunda peculiaridad opone positivamente las formas no personales o las personales o finitas: su capacidad para poder desempeñar cualquiera de las tres funciones no encomendadas al verbo, esto es, sustantivo (infinitivo), adverbio (gerundio) o adjetivo (participio).
Siguiendo al lingüista francés Guillaume -uno de los máximos exponentes de la corriente conocida como psicomecánica-, Alarcos opone las tres formas no personales mediante una nueva correlación: la indicación del tiempo in posse o en potencia; en otras palabras, el tiempo interno o las cualidades del proceso mismo, el aspecto. Concebido este tiempo interno como una representación de una serie infinita de puntos entre los dos extremos del proceso verbal -su inicio y su fin-, podemos observar en dicha representación tres posiciones:
1. En una posición inicial, en la que se situaría el infinitivo, toda la carga potencial o tensión del proceso verbal se encuentra intacta.
2. En una posición intermedia, que correspondería al gerundio, la carga potencial disminuye y, por lo tanto, aumenta la distensión.
3. En una posición final del proceso, en la que se sitúa el participio, no hay tensión sino una máxima distensión.
Según esta visión, reflejada esquemáticamente en (94), el paradigma de las formas no personales se estructura binariamente, de modo tal que la forma que no indica distensión (infinitivo) se opone a las formas que indican la distensión (gerundio y participio). Gerundio y Participio se oponen entre sí por indicar el segundo de ellos la inexistencia de tensión:
(94)
Tensión máxima... -- Tensión media... - Tensión cero
INFINITIVO GERUNDIO PARTICIPIO
Distensión Cero... - Distensión media...- Distensión máxima

Alarcos considera que esta visión permite explicar el significado de las perífrasis verbales:
"El.infinitivo, con su 'tensión' intacta, ofrece una perspectiva de realización, un valor progresivo[...], dirigido hacia el futuro [...]. El Gerundio, con su equilibrio entre 'tensión' y 'distensión', entre potencialidad realizable y realizada, ofrece la doble perspectiva de una parte del proceso cumplida y la otra por cumplir, un valor durativo [...]. El Participio, con su 'tensión cero y su máximo de 'distensión' (potencialidad realizada), ofrece una perspectiva retrospectiva de virtualidad ya realizada, un valor perfectivo”.:

Desde un punto de vista aspectual, según Alarcos, las formas no personales pueden considerarse como un sistema de tres miembros: el miembro marcado, según se ilustra en (95), sería el participio, pues indica el proceso con su término, con su límite; el miembro negativo sería el gerundio, pues indica el proceso sin su término; el infinitivo, por último, sería el término neutro por indicar el proceso sin atender a la posibilidad de término, esto es, en reposo:
(95)
+ 0 -
cantado cantar cantando

Contra esta visión que prima la oposición aspectual como distinguidora de las formas no personales se han alzado algunas voces, entre ellas la de Porto Dapena, autor que propone que el aspecto es una marca redundante también en las formas no personales, pues dicha marca acompaña a distinciones opositivas basadas en el tiempo. Según el citado autor, son rasgos aspectuales redundantes la perfectividad / - perfectividad, que opondría las formas no personales simples / formas no personales compuestas, con excepción del participio compuesto, forma de la que carece nuestra lengua. La oposición temporal enfrenta -según el citado autor- las formas que expresan anterioridad –las formas no personales compuestas y el participio-, las que indican simultaneidad -el gerundio-, y las capacitadas para expresar la simultaneidad y la anterioridad -el infinitivo-. No obstante, y según subraya Porto Dapena, lo que verdaderamente permite distinguir a las formas no personales es la función sintáctica. El cuadro (96), tomado de dicho autor, resume su visión:

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